Miau!
El sábado hizo tan buen día que decidí que valía la pena dormir en un parque y disfrutar del calorcito del sol. Y durante una salida, ¡no podía faltar la comida!
Desde que probé un cupcake Red Velvet, ese sabor se ha convertido en uno de mis favoritos, además de que es un postre muy vistoso. Pero preparar un Red Velvet, o Terciopelo rojo, tiene la dificultad de que hay que encontrar algunos ingredientes que o bien son algo caros, o son difíciles de encontrar en la península. Otra cosa que me traía de cabeza es cómo llevarlo fuera de casa... Pero internet me brindó la solución a todo y pude preparar el Terciopelo... un postre purrrrfecto!
La receta y la idea la saqué de
My Baking Addiction, un blog muy bonito y cuidado, pero que esta en inglés, así que si no entendéis el catinglish lo tendréis un poco complicado. ¡Pero aquí va mi traducción, un poco -bastante- libre con algunas variaciones y anotaciones! Vamos a ellos, ¡meu!
PARA EL CUPCAKE
Ingredientes(para unos 10 o 12 cupcakes)
1 taza de harina
2 cucharas soperas de cacao sin endulzar
1/2 cucharilla de sal
2/3 de una taza de aceite vegetal
3/4 de una taza de azucar
1 cucharada de colorante rojo en gel
1 huevo
1 cucharilla de esencia de vainilla
1/2 taza de suero de mantequilla
1/2 cucharilla de bicarbonato sódico
3/4 cucharilla de vinagre blanco
Unos apuntes sobre los ingredientes. Recordad que las tazas son tipo tazas de café, no de estas grandes de leche; una buena forma de medirlo es usar envases de yogur en vez de tazas ya que la medida es similar. ¡Y recordad también que una cucharada sopera es una cuchara normal!
En mi caso cambié dos de los ingredientes. El primero, el cacao sin endulzar. En mi caso fundí un poco de chocolate negro 80% y eché 3 cucharadas. Podéis probar con cacao soluble, pero este está procesado y endulzado, así que el sabor es más suave y tendréis que modificar la cantidad de azucar. El otro ingrediente a cambiar fue el suero de mantequilla, bastante extendido en los países del norte de Europa y tierras anglosajonas, pero dificil de encontrar por aquí. Un buen sustituto es yogur natural con un poco de leche para que no sea tan denso.
Y ahora, ¡a cocinarlo!
Preparación:
Primero hay que precalentar el horno a 180º.
Después, mezcla en un bol la harina y la sal. Si usas cacao en polvo, ponlo en la mezcla también.
En otro bol mezcla el azucar y el aceite hasta hacer una pasta uniforme. Añade el huevo y asegurate de que queda bien integrado en la mezcla, ¡miau!
Añade poco a poco la esencia de vainilla, el colorante y el chocolate, si usas chocolate fundido, asegurandote que se mezcla bien cada vez. Verás que ahora tiene un color bien rojo, pero luego se oscurecerá. Si quieres, puedes poner más colorante para conseguir un rojo más brillante. Aunque tampoco es plan de pasarse.
Ahora añade la harina y el suero de mantequilla (o el yogur con leche), alternandolos en varias tandas y asegurándote de que se mezclan bien cada vez.
En un vaso aparte, pon el bicarbonato y luego añade el vinagre. ¡De repente hará burbujas! Así que mientras parezca agua con gas apresurate a echarlo a la masa y mezclarlo bien.
¡Ya hemos terminado con la masa! Ahora sólo queda poner en la bandeja los papelitos, distribuirla y cocerla. Llena cada hueco hasta 3/4 partes y ponlo a cocer durante unos 20-25 minutos o hasta que veas que estén hechos.
Ahora, toca hacer la crema:
PARA LA CREMA
Ingredientes
250 gr de queso cremoso para untar
50 gr de mantequilla. ¡Ojo! Mantequilla, no margarina.
2 o 3 tazas de azucar glas.
Preparación
Con ambos ingredientes a temperatura ambiente, mezcla el queso cremoso y la mantequilla hasta hacer una crema. Luego, añade poco a poco y mezclando cada vez el azucar glas hasta que veas que coja el sabor y la consistencia deseada. Y ya esta, ¡es así de sencillo! Yo suelo dejar la crema en la nevera durante una hora o dos para que se vuelva más densa antes de montar el cupcake.
DENTRO DEL TARRO
Lo de meterlo en el tarro es bien fácil. Yo utilicé envases de yogur de cristal, pero supongo que no pasa nada si son de plástico transparente.
Coge un cupcake y divídelo horizontalmente en tres partes. Inserta la primera con cuidado en el tarro de vidrio y luego pon un poco de crema. No te pases poniendo, piensa que se extenderá con el peso del siguiente corte de cupcake. Llena el tarro, capa por capa, y termina con un poco más de crema.
Ahora sólo hay que ser creativo y poner algo que decore el topping. En mi caso, como había usado una tableta de chocolate para fundir, hice virutillas de chocolate negro para poner encima. ¡Y ya está!
No tengo fotos del final porque me comí todos los cupcakes antes de que me diera tiempo de hacerle una foto, ju, ju, ju... Así que si os animáis a hacer la receta no dudéis en enviarme una foto final para que la suba!